Hace un par de años un joven de tez morena y mirada desafiante irrumpió en el circuito profesional de tenis. Un estilo explosivo, con repetidos destellos de esfuerzo que llevaban al máximo su físico dieron qué hablar. Con ese despliegue puso en escena una técnica particular en sus golpes, algo poco visto en los jugadores de mejor ranking, los más televisables, por llamarlos de alguna manera. Ese muchacho, que con sólo 18 años se convertía en el tenista más joven en ganar la Copa Davis, era Rafael Nadal.
Con el paso del tiempo, y con varios torneos conquistados, el rating comenzó a dispararse si "El Matador" aparecía en la pantalla chica. Sin amoldarse a lo que dicen los libros del deporte blanco, Nadal pegaba golpes que generaron, al menos, curiosidad técnica. Con empuñaduras extremas y revoleos de la raqueta por lugares impensados, el español generó asombro y con el tiempo, acompañado por una catarata de títulos, causó admiración.
Hace pocos meses, Alexandr Dolgopolov sorprendió en el Abierto de Australia llegando hasta los cuartos de final. Y lo hizo no sólo por dejar afuera de competencia al ex finalista en 2008, el francés Jo-Wilfried Tsonga y al dos veces finalista de Roland Garros, el sueco Robin Soderling, sino por su técnica en cada golpe.
Pegando de frente, dejando el recorrido de los golpes a mitad de camino y sin un patrón de juego determinado, el ucraniano es vistoso, pero no es un ejemplo de pauta técnica.
Ni Nadal ni Dolgopolovson precisamente elegantes en su juego, pero sí son tremendamente eficaces. Por algo el español es número uno del mundo y el ucraniano, en cuatro años de carrera, ya forma parte del selecto lote de los mejores 30 del mundo.
El tenis actual impone una velocidad superior a la de épocas anteriores. Las pelotas, las raquetas y las superficies se unieron para caracterizar al tenis como veloz y demandante de un gran desarrollo físico. Al mismo tiempo, llevó a que la técnica se adapte y modifique frente a ello. Las opiniones de los que saben son distintas, pero todas llegan a la misma conclusión: no jugarán lindo, pero su técnica es efectiva.